CASTILLO DE PÌTTAMIGLIO

CASTILLO DE PÌTTAMIGLIO

martes, 1 de mayo de 2007



Prohibido para nostalgicos


El London- París


Allá en el amanecer del siglo XX hizo su aparición en la escena montevideana. En su clásica esquina de 18 y Río Negro, una gran tienda y bazar vendía lo mejor de Uruguay y lo más bonito que llegaba de "las europas" como decía un speaker que le hacía propaganda en la radio El Aguila. El London París, esplendor y leyenda en la Vieja Capital. Su crecimiento fue rápido y a nadie extrañó cuando construyeron, pegado a sus instalaciones, un edificio con enormes ventanales de vidrio sobre Río Negro. Desde la calle se veía los maniquíes luciendo la elegante vestimenta con telas francesas o de Inglaterra.
En la ropa de los caballeros, el casimir inglés era ineludible. Ya sea en su edificio esquinero o en el anexo, la tienda mantuvo un estilo traído de los más añejos comercios de Londres y París. Una sección por piso, casi ninguna vitrina y la mercadería se ubicaba entre los clientes que la miraban y tocaban bien de al lado. Sentías la suavidad de esa tela y podías degustar un champagne de Lyon antes de comprarlo. Las niñas acurrucaban las muñecas de porcelana que luego dormirían en sus brazos por largos años. Esa gran tienda se visitaba piso por piso en compañía de un elegante empleado que acompañaba al cliente y lo dejaba en manos de un colega cuando cambiaban la sección. Se abría el gran ascensor central y bajaban los matrimonios con sus hijos que antes habían comprado telas y ahora se deslumbraban ante la cristalería de Checoslovaquia. También platos, jarras y pocillos británicos que luego pasarían de generación en generación cuidándolos como un tesoro. Se pasaban horas recorriendo sus secciones y nadie tenía apuro. Sabían que el cliente en compañía de esos educados vendedores y vendedoras terminaba teniendo un trato casi de amistad con ellos. Así es que los clientes habituales apenas llegaban desde la calle ya estaban pidiendo por tal o cual empleado de su confianza.
El London París también siguiendo una tradición de las grandes tiendas europeas, editaba todos los años un gran catálogo. En unas enormes páginas cubiertas con duras tapas de cartón se registraban las novedades y de todos los productos se mostraban los precios que permanecían invariables. Era enviado al interior del país donde la gente compraba "por catálogo" como le decían en aquellos tiempos. Sus tradicionales camionetas recorrían la ciudad y por las fiestas hasta tenían un vagón de ferrocarril que repleto de regalos recorría los departamentos. La competencia le surgió cuando apareció Introzzi en Rondeau y Galicia. Fue entonces que el London París se volcó a un perfil más aristocrático y se inclinó hacia el público más pudiente dejando lo popular en manos de su competidor Introzzi. Días en que llegaban a la esquina de 18 y Río Negro las colecciones enteras de los modistas franceses. Pero el mundo estaba cambiando, la guerra había finalizado y aparecía una palabreja llamada crisis. La Leyenda del London terminó por fines de los 60 con una descomunal liquidación que el publicista Lito Imperio llamó "la Multi", donde por chirolitas podías comprar lo que quedaba de sus linajudos productos. Con más recuerdos y música los esperamos en la 1410 AM LIBRE. *


LUIS GRENE

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CASA DE LUSSICH

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