El palacio Piria, un valioso testimonio de nuestra historia lugareña
Por primera vez, en mucho tiempo, se conocen referencias acerca de alguna acción concreta que podría llevar a la recuperación plena del Palacio Piria, de Punta Lara, ya que de acuerdo a lo reflejado por una reciente nota de EL DIA el Estado provincial, a través de un juicio iniciado, se encuentra a punto de lograr el desalojo de una familia que vive en ese inmueble desde hace nueve años. De acuerdo a lo informado por la Fiscalía de Estado, en el curso de estas jornadas se realizará el operativo ordenado por el juzgado actuante. Lo cierto es que el trámite se había iniciado el año pasado ante un juzgado civil y comercial de nuestra ciudad y todo indica que ahora desembocará en la tan ansiada recuperación de ese bien.
Se señaló asimismo que existen varios proyectos para la utilización posterior del Palacio Piria, mencionándose la alternativa de que se convierta en un centro de asistencia para niños y jóvenes con problemas de adicciones, aún cuando resulta inevitable efectuar primero tareas integrales de restauración toda vez que el inmueble presenta un casi total estado de deterioro, por el transcurso del tiempo, la falta de mantenimiento y los daños provocados por los saqueos y robos continuos, según figura en el escrito de demanda presentado por la Fiscalía de Estado bonaerense.
Entre los últimos antecedentes de tipo institucional, que se suman al juicio promovido, figuran no sólo varios proyectos votados en la Legislatura bonaerense, que demandaron la recuperación del Palacio Piria, sino asimismo una exhortación librada hace dos años por la Defensoría del Pueblo de la Nación, que en esa oportunidad le solicitó a la subsecretaría de Cultura bonaerense la adopción de medidas tendientes a evitar la degradación del bien e instó a que se inicien trámites para que el inmueble sea declarado monumento histórico provincial, de modo de asegurarse así partidas presupuestarias que puedan asignarse a su mantenimiento.
El caso del Palacio Piria es paradigmático, en la medida que sirve para ilustrar acerca de las políticas erráticas o desaprensivas de la burocracia. La notable construcción de principios de siglo que, en su momento, pareció anunciar en nuestra ribera otra Piriápolis, quedó expuesta a una serie de destinos absurdos, pasando además por distintas jurisdicciones, sin que en esas largas décadas un gobernante competente se preocupara por rescatarla. Mansión de acaudalados de la época de oro, primero, ilusión de un empresario uruguayo, después, y con el correr de los años frustrada residencia de gobernadores, colonia de vacaciones para niños huérfanos y, finalmente, bien mostrenco, el inmueble entró en un proceso de deterioro que ya exhibe estado crítico. Las grietas existentes, que hacen temer un derrumbe, se suman a las alteraciones experimentadas en el diseño interior, produciendo el conjunto una impresión de abandono y suciedad incalificable. Hace dos años, sólo por agregar otra referencia, desde el área de Cultura provincial se había señalado la intención de hacer allí un centro cultural, pero sólo fue una expresión de deseos que no se plasmó en ninguna medida concreta.
Correspondería agregar que en el expediente judicial en trámite también se expresa que "la demora en la recuperación puede generar la destrucción total del inmueble, dejando sin chance a la recuperación edilicia". Por su parte, algunos historiadores consultados por este diario consideraron que "es imperdonable que nadie quiera hacerse cargo de remodelar el palacio construido por el empresario Francisco Piria. Si bien la casona está en pésimo estado, todavía se está a tiempo de restaurarla y devolverle una jerarquía que nunca debió haber perdido".
Existen ahora, como se ha dicho, perspectivas ciertas para recuperar el dominio del inmueble por parte de la Provincia. Es un paso decisivo, por cierto, pero a partir de allí las autoridades se enfrentarán con la responsabilidad ineludible de salvaguardar esta verdadera reliquia arquitectónica, susceptible de servir, una vez refaccionada, a fines sociales, culturales o turísticos, de acuerdo a la finalidad que aparezca como más adecuada para la debida preservación de un valioso testimonio de nuestra historia lugareña. Y, lo que es más, para la mentada jerarquización de La Plata y su zona de influencia, con miras a devolverle su prestigio de capital y un interés especial si se hace realidad el puente a Colonia.
CASTILLO DE PÌTTAMIGLIO
sábado, 17 de marzo de 2007
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